miércoles, 16 de diciembre de 2009

APOCALÍPSIS

   Siempre que hablamos de apocalípsis, nos referimos al final del mundo, a la desaparición de la vida en La Tierra. Este significado connotativo que ha ido adquiriendo la palabra apocalípsis, tiene su origen en las revelaciones escritas por el apóstol San Juan, que se hacen en el último libro canónico del Nuevo Testamento de La Biblia.



   Muchos son los acontecimientos ocurridos este año que nos inducen al pensamiento de la llegada de la apocalípsis: ya sea por la penosa crisis mundial que estamos viviendo, o por la posible pandemia que ataca nuestro planeta.

   A nivel personal, este año ha sido uno de los más duros de mi vida. Tanto la pérdida del ser querido más bondadoso, hasta la llegada imprevista de la adultez. Puede ser, que si se haya producido la apocalípsis de mi niño interior, pero esto no quita que se haya generado otro yo más fuerte, con menos ilusiones, pero con una conciencia de la vida más práctica.

   Con todo esto quiero decir, que aunque se produjera la apocalípsis del universo, se generaría otro mundo quizá más perfecto. Nunca se debe perder la esperanza, incluso en los momentos más trágicos de nuestro paso por la Tierra. Toda destrucción, lleva consigo la construcción de otra realidad.

















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